domingo, 4 de agosto de 2013

Educación Azteca

La educación de los aztecas


La educación de los aztecas al principio se dio en un medio hostil,
por lo cual su educación tenía un carácter marcadamente religioso y      
acentuado con una preparación militar, estas circunstancias
determinaron la finalidad de su educación con dos objetivos esenciales:
el religioso y el bélico, este último subordinado al religioso.
La educación de los aztecas presenta un marcado carácter
tradicionalista; es decir el ideal educativo es mantener, usos y
costumbres, religión y gobierno, inalterables.


A los cuatro días de nacido, el niño era bautizado, por medio de una
ceremonia domestico- religiosa; la casa se adornaba según el sexo del
bautizado y la comadrona volvía a pronunciar el discurso recalcando el
destino del recién nacido.
Cada acto encaminaba al nuevo ser a realizar
el ideal bélico religioso de la educación; y cuando el niño aún era de
cuna, los padres lo consagraban mediante otra ceremonia especial, con
la presencia del director del plantel educativo, a su futura escuela
donde debía concurrir más tarde. En educación doméstica, incumbía al
padre la formación del niño y a la madre la de la niña y era dura y
austera; principiaba en el tercer año de vida y en esta etapa los niños
recibían consejos para corregir su comportamiento


A los doce años los castigos consistían para los niños en acostarlos entierra mojada. Las niñas eran obligadas a barrer las calles por la noche. Desde los cuatro años la madre enseñaba a su hija las primeras tareas fáciles y a los cinco aprendía a deshuesar e hilar el algodón, que perfeccionaban en los años siguientes, aprendían a tejer, moler el chile,el tomate y el maíz, barrer la casa, lavar y en general a practicar todas las labores domésticas.

También el niño desde los cuatro años ejecutaba en el hogar trabajos        
fáciles y a los seis años los niños iban con sus padres a la chinampa, al
mercado donde aprendían a vender, acarreaban leña y se les enseñaba
a componer y tejer la red. Ya a los catorce años el muchacho aprendía
el oficio del padre y sabía pescar con habilidad.

Si el muchacho era hijo de nobles, era puesto bajo la dirección del sumo sacerdote del Calmecac (hilera de casas), y si era plebeyo se le entregaba al tepuchtlato o jefe del Tepuchcalli (casa de jóvenes).

En el Calmecac la educación era dura y los quehaceres pesados. El curso de la educación constaba de tres grados, para llegar a ser sacerdote y duraba aproximadamente cinco años cada uno. Se levantaba a los jóvenes a las cuatro de la mañana y realizaban todos los quehaceres necesarios para el uso y conservación del edificio.

El Tepuchcalli era la institución educativa donde asistían los jóvenes del
pueblo, después de los quince años de edad; para convertirse en
valientes y hábiles guerreros. Esta fue una educación práctica y
respondía a las necesidades del medio geográfico y social en el que se
desenvolvían los aztecas. En cada barrio o calpulli había tepuchcallis
donde los jóvenes ingresaban en medio del ceremonial acostumbrado.
Una vez internados en esta escuela se dedicaban a mantenerla limpia,
la vida allí era difícil y sufrían penitencias y privaciones; cooperaban en 
el laboreo de las tierras del Tepuchcalli, que proveía su sustento,
intervenían además en la construcción de templos, palacios y calzadas.
La enseñanza primordial era el dominio del arte de la guerra, que se
iniciaba con el acarreo de la leña, el adiestramiento en el manejo de las
diversas armas y en la práctica para poner emboscadas y hacer con
éxito el papel de espías.


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